Una comunidad orgánica es aquella en la que la sociedad civil tiene una influencia significativa en la vida pública, mientras que el Estado tiene poco control o capacidad para hacer cumplir sus leyes y regulaciones. En este tipo de comunidades, las normas culturales tienen mayor legitimidad y cohesión que las leyes impuestas por los gobiernos, los individuos dependen y tienen mayor sentido de pertenencia a sus redes comunitarias inmediatas (clanes, familias, comunidades religiosas) que al Estado.
Una comunidad estatista es aquella en las instituciones gubernamentales pueden ser muy eficaces y tener un gran poder para hacer cumplir sus leyes y regulaciones, pero cuya sociedad civil es débil lo que lleva a una falta de confianza y solidaridad entre los ciudadanos. Las personas tienen mayor lealtad a su Estado y a las instituciones públicas que a sus comunidades inmediatas.